Aunque al hablar de la introducción de las primeras papillas solemos hablar de las verduras, sería más exacto hablar de hortalizas, que es un término más general. Las hortalizas son un conjunto de plantas cultivadas generalmente en huertas que se consumen como alimento.
A partir de los seis meses, las hortalizas forman parte fundamental de la dieta del bebé, complementando a la leche.
El término hortaliza incluye a las verduras y a las legumbres verdes o tiernas, como las habas, las judías verdes y los guisantes. Las verduras son hortalizas cuya parte comestible son los órganos verdes de la planta y que forman parte de nuestra alimentación.
Como vemos, el término “hortalizas” incluye una gran diversidad de alimentos. De las verduras y hortalizas se pueden consumir, con preferencia, distintas partes, ya sea las hojas (espinaca), las raíces (zanahoria), los bulbos (cebolla), los tallos (puerro), los frutos (calabacín), los tubérculos (patata) o incluso las flores (coliflor).
En siguientes entradas nos detendremos en las distintas verduras más adecuadas para los bebésy su introducción en la alimentación complementaria. Veamos cuáles son las características nutricionales, la preparación idónea y las edades de introducción de estos alimentos.
Cuándo introducir las verduras en la alimentación del bebé
Las verduras se pueden introducir en forma de papilla como alimentación complementaria a partir de los seis meses del bebé. Hay unas verduras más adecuadas que otras para su introducción en la dieta de los pequeños. Éstas son las recomendaciones más seguidas, que abordaremos detenidamente:
- A los 6 meses: tubérculos (patata y batata o boniato), semillas verdes de legumbres (guisantes, judías verdes), calabacín, puerro, calabaza, apio, brócoli
- A los 6-7 meses: zanahoria, tomate, coliflor, cebolla
- A los 12 meses: espinacas, col, remolacha, nabo, espárrago, acelga
Estas edades son aceptadas generalmente, aunque puede haber discrepancias según distintos especialistas.
Es el caso del tomate o la cebolla: hay quien los recomienda ya a partir de los 6 meses y quien prefiere esperar a los 12. Si queremos ofrecerle esos alimentos antes del año, lo mejor es que lo hagamos por separado y observemos la reacción del bebé. Si los acepta sin problemas, podemos seguir incluyéndolos en su dieta.
Características nutricionales de verduras y hortalizas
Las verduras aportan fibra vegetal importante para un buen transito intestinal y aportan vitaminas (generalmente A y C), minerales y oligoelementos. Tienen pocas calorías (desde 20 Kcal/100 g de los espárragos hasta 60 Kcal/100 g de las habas) y se recomiendan acompañadas de otros alimentos como legumbres, arroz, y/o carne, pescado.
Las verduras además poseen una bajo contenido de proteína y de grasa y mucha agua. La mayoría de los vegetales contienen mucho potasio y poco sodio.
Estos alimentos son muy saludables, porque aportan muchos micronutrientes que actúan como antioxidantes y protegen de varias enfermedades crónicas y ayudan a mantener la salud de tejidos como piel y mucosas del cuerpo. Por todo ello las verduras se encuentran en el segundo nivel fundamental de la pirámide de los alimentos.
Preparación de las hortalizas
Las verduras y hortalizas se ofrecerán cocidas a partir de los 6 meses en forma de puré, y a partir de los 8-9 meses dejando algunos trocitos más grandes para que empiecen a masticar y probar nuevas texturas diferenciando las distintas verduras. No se añadirá sal a las verduras hasta los 12 meses. Se puede añadir un poco de aceite (mejor de oliva) en frío a la papilla lista para tomar.
Antes de hervirlas, las hortalizas se han de lavar, pelar o cepillar cuidadosamente, según se trate de hojas, raíces o tubérculos. Al limpiarlas bien eliminamos sustancias que puedan estar en la piel, porque las hortalizas se riegan a veces con aguas no potables que pueden contener numerosas bacterias y entran en contacto con la piel.
Las vitaminas de las hortalizas se destruyen si están abiertas o cortadas con la exposición a la luz, el aire y el calor. Las sales minerales se disuelven en gran medida en el agua al cocer las hortalizas. Las verduras han de cocerse hasta que estén blandas para poder ser trituradas fácilmente.
El agua de cocción puede aprovecharse para preparar los cereales y así aprovechar la sustancia, las vitaminas y minerales concentradas. Las hortalizas cocidas que no se vayan a consumir en el momento, deben enfriarse, taparse y guardarse en la nevera. Después se pueden volver a calentar pero durante poco tiempo porque el recalentamiento aumenta el nivel de nitritos en las verduras.
Las papillas elaboradas se pueden guardar en la nevera bien tapadas si se consumen al día siguiente. También pueden congelarse para consumir más adelante, descongelándolas en el frigorífico 24 horas antes y calentándolas a la hora de ofrecerla al bebé.
Siguiendo estos consejos de preparación e introducción de estos alimentos en la dieta del bebé les estaremos ofreciendo todoslos beneficios de las verduras y hortalizas en la alimentación infantil como parte de unos platos sanos y equilibrados.
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